jueves, 10 de diciembre de 2009

El también tiene sentimientos.

Pero tú los ignoras. Eres cruel, desalmado. Eres desagradecido y maleducado. Maltratador. Infame inmundicia. Posiblemente sea tu mejor y más fiel amigo. Tu mejor aliado y sin lugar a dudas tu compañero de viaje más servicial. Y sin embargo, solo en su ausencia le añoras.

Nunca es fácil cambiar ni de hábitos ni de compañeros. Ambos a la vez casi imposible. Así de turbado me sentía yo hará un año y algunos meses, cuando, forzado por la necesidad eché inevitablemente de menos el metro cúbico que ocupa mi recientemente amado retrete. El mundo universitario sin duda tiene infinitud de ventajas para el adolescente tardío y habitualmente alejado de la senda marcada por el sistema y aquellos que lo manejan, pero sin ningún lugar a dudas tampoco estos se niegan el innoble placer de, con sus horarios, prácticas y demás viandas, alejarnos de nuestro habitual trono de mando.

Y de este modo fue como, con lástima en mi corazón e irracional esperanza me lancé en busca de un nuevo compañero de fatigas, algún otro artefacto informe que fuera capaz de albergar mi deshecho. Y de este modo, también fue como descubrí una de mis más raras y bizarras aficiones, la búsqueda, disfrute y análisis de esos escasos metros cuadrados dedicados a las más nobles y personales artes.

Continuará.

A.A.

3 comentarios:

  1. Es la forma más sutil, bonita y limpia. Sin más.

    ResponderEliminar
  2. "las más nobles y personales artes", que tan íntimas y bucólicas son. Pon un cagadero en tu vida y ámalo como a tu madre. Amén.

    Huge, Garry, un escrito enormous.

    ResponderEliminar
  3. Vengo del futuro para decirte que en 2017 seguirás con esa misma afición y sentimiento. Fuiste el pionero del Game of Thrones ...

    ResponderEliminar