viernes, 12 de febrero de 2010

Equilibrio

Al abrir el buzón, una carta se deslizó ligera, hacia sus pies. Se agachó y la cogió. Llevaba su nombre y la abrió:

"Equilibrio:

Eres la clave. Cuando eres blanco o negro, a la vez,en tu interior se mezclan todos los grises. Y eso no siempre es bueno. Una señorita no bebe.

El fútbol es así, que diría una amiga, no hay rival pequeño. Y siguiendo con el deporte rey, yo soy como el Atleti, “capaz de lo mejor y de lo peor”. Puedo ser brillante (desde la más brillante de las modestias) o un burdo trapo para limpiar ventanas. Y no, no soy bipolar, aún, ni tengo más trastornos que los del sueño. Lo genial llega cuando hago una chilena perfecta, para marcar en propia puerta. Eso lo bordo. Sí, también soy experta en destrozarme con la mayor de las técnicas. Y como los rojiblancos, para ser un aficionado mío, hay que ser muy sufrido (y subnormal profundo, con perdón) y esperarse cualquier cosa. Una señorita no fuma.

Porqué. ¿No? Porqué. Porque llega un punto en el que todo es relativo. Y no lo es. Llega un punto en el que tu propio ego te engulle y te vomita. Una señorita sabe caminar.

Y llegados a ese punto, después de haber pasado la noche más relativa de cuantas recuerdes, te paras. Te paras en seco y exprimes tu cerebro para que le llegue riego. Y entonces piensas: Qué narices estoy haciendo. Una señorita no dice tacos.

Y hoy, después de preguntar por la boca del metro, me he parado en seco. Después de que ese chico se me acercara y me llamara Ester cuatro veces, me he parado en seco. Después de esos dos que intentaban que volviera a autogolearme, me he parado en seco. Un señorita sabe torear a los idiotas.

Pero yo de señoritas sé lo que sabemos todas, lo poco que nos conocemos a nosotras mismas. Y yo ahora me conozco algo más y me siento mejor. A pesar de las meteduras de tacón nocturnas, a pesar de tener que pararme en seco, de vez en cuando, cuando me embalo sin frenos, para volver a ser quien quiero ser.

Tiendo a la entropía, al maldito caos desordenado, pero de mis manos brotan claros salvadores de fotones milimétricamente secuenciados .Tanto y tan nada, que cualquiera o nadie podría completarme.

Soy capaz de sentirme bien, y de hecho, paradón al canto, llevo un tiempo en el que estoy equilibrada, con todos mis rincones atemperados y mis extremos abrazándose para no contradecirse. No quiero decirlo muy alto, no sea que despierten y se separen de nuevo, pero hoy hasta me quiero. Puede que me regale algo este San Valentín, sí, puede que le de una oportunidad a esta chica que ha vuelto, que tanto echaba de menos. Yo, te quiero.

Y me voy con mi propio amor (que no con mi amor propio, ese ya no sé dónde lo tengo) a ver si logro que el jabón me libre del olor del humo de tu cigarro. Esta señorita perdona, pero no olvida. Esta señorita que amo,es tonta."

Cuando terminó de leer, se dibujó una cara de póquer sobre su jeta. Ya tenía careta para Carnaval.

S.S, recién salida de la lavadora.


. . . . . . . . . .


"Puedo joder
Puedo encantar
Puedo llamarte sin hablar
Puedo vencer
Puedo palmar
Puedo saber que sin vosotros duele más"



...




2 comentarios:

  1. Mi canción favorita de estos muchachos.

    Creo que no soy una señorita

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  2. "Las señoritas no sufren de meteorismo", es lo que me faltó decir.

    Nieva.

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