viernes, 19 de febrero de 2010

MUNDO VIEJUNO II

ODA AL CALIMOCHO

A mi boca, y a mi lengua de zapato

les placía beber la sangre de Cristo

mezclada con algo que quitase

el óxido a un clavo.



Y hallé en el centro del enjambre

del arduo capitalismo

una lata de coca-cola

sumergida en el agua de un urinario.



Calimocho, istmo que nos une

al continente del placer,

al camino del coma etílico.

Calimocho.

Calimocho.

Calimocho.



Paraíso divino del idílico reino

de la bolsa de hielos,

calimocho frío, destroza hígados,

laxante, pegajoso, extraordinario.



El regalo del padre, del hijo

y del espíritu santo.

Oh calimocho.

Calimocho.

Calimocho.



Con anfetaminas, cortesía de El Señor

a quien se le antojó poner en ellas

el cuerpo de Cristo

hundido

en su sangre que invoca mi canto

por la exquisita mezcla.



Calimocho.

Calimocho.

Calimocho.



Y su encanto

en mis venas, en mi boca,

vomitado en el suelo de tu patio.

2 comentarios:

  1. Mi amado es el limón, abrazado a una chispa de cerveza. Le soy infiel con el tinto de verano y, a veces, con una jarra fría de Sangría (la muy fresca sabe lo que me gusta...), pero hay días en los que tampoco le haría ascos a tu querido calimocho. Algo parecido tomaban los santos, cuerpo y sangre de Cristo, amén.

    P.D.No sé porqué me salen estas confesiones, supongo que sí consigues que saquemos nuestros "Mundos Viejunos".

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  2. Es una chusta enorme, pero me pareció grandísimo haberle dedicado algo de mi antiguo repertorio a esta bebida tan sufrida.

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