lunes, 19 de julio de 2010

Aquí se viene a follar

Y la que no se apunte, que no moleste. Antes nos conformabamos con alcohol, ahora tambien necesitamos amor, comprensión, buen rollo y vísceras. Ahora queremos futuro y bailar pegados, nación y caducidad. Desgracias y yo, que tendré que aprender a escribir de nuevo.


¿Ahora qué? Nos hemos bastado de la palabra pero nos hemos comido al acompañante. Y hemos vomitado silencios y bueno, no se está tan mal al final. Cualquier sentimiento puede expresarse mientras escuchas a 160 decibelios uno de los dos únicos discos que sacó en su vida nuevenoventaycinco. Hemos pervertido la noche porque nos dijeron que lo bueno eran las risas, los momentos, los negocios. Han dicho, este es tu papel. Y este es el futuro. Y sonríe con tu sonrisa de plástico, porque de camino a casa te lloverán dagas con forma de apretones de manos. Como si no te dieras cuenta de ese pelo largo que envuelve ya tu vecindario. Aquí te harás hombre y si no te haces, no será por los amigos ridiculos de los que presumes. Los que perdiste una noche oscura y murieron, agotados entre las sombras, entre excusas y llamadas de telefono. Ahí estaba el buen rollo. En las mentiras que tosiste cuando nadie miraba. Ahí tiraste la vida. Pero tú querías amor, querías comprensión, no te conformaste con saliva y eso es todo a lo que puede aspirar el ser humano, a saliva, a sudor, a sangre, a barro en los pies y a sal en las cicatrices.

Tu querías agua oxigenada, cabrón. Pero el mundo no está construido para los poetas de la tecnología y aquí no vale llorar para mamar, aquí no vale pelear para vencer, ni correr para escapar. Aquí solo vale tu sillón y tu tranquilidad, y no amar, no morir, no sentir. Ya no.

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