sábado, 16 de marzo de 2013

Los idus de marzo


Salía ayer de nadar (sí, este cuerpazo no se mantiene bebiendo dos litros de agua y durmiendo 8 horas al día, como dicen las macizas del famoseo), y mientras me vestía en el vestuario femenino (las reglas del ciudadano cívico exigen que la desnudez, maciza o no, se tape, pero no el ceder el sitio a un anciano en el autobús), un grupo de niñas de colegio andaban también en la misma tarea, mientras cantaban a coro una cancioncilla que sonaba a nana con sus voces agudas infantiles: 

"No has nacido amigo 
para estar triste, laralarala,

aunque llueva en tu corazón 

lalalalaralala

Todos tenemos, 



un amigo, un amigo que nos ama.



No has nacido amigo 
para estar triste laralarala
aunque lluva en tu corazón 
lalalalaralala".  


Y así, hasta el infinito. 

Al margen del tiempo que un niño es capaz de cantar, una y otra vez sin descanso, el estribillo de una canción, y las caras de "criaturita, como no dejes de cantar te uno la campanilla con el duodeno de un sopapo" de los asistentes al show; me parecieron aterradoramente adorables. 

No soy fan de las niñas, me parecen repelentes y engoladas en su mayoría, pero éstas parecían enviadas por un ente divino para entregarme/nos el mismo mensaje que Sam Mendes intentó, a mi parecer, transmitir en American Beauty:  La vida es opaca, finita y áspera. Y tenemos que saber encontrar y ver la belleza de todo ello. No importa lo pringados, opacos y finitos que nos sintamos, nada es tan importante como para amargarte la existencia. 

Lo sé, el post anterior no parece escrito por esta pluma, y sueno hipócrita ahora mismo. Pero de vez en cuando, aparecen señales que te desafinan al oído algunas notas reveladoras, en el momento oportuno, cuando estás receptivo y puedes escuchar. 

Y, jopelines, soy feliz, a mí manera, lo soy. Con mis eternas comederas de seso. Siendo consciente de la verdadera definición de felicidad, debo serlo. No me queda otra, porque tengo todos los componentes para ser así. 

Y tú, probablemente, también. Tengas los ojos que tengas, la piel más o menos entera, y el corazón más o menos desarrollado. 

Hoy me han dado la mala noticia de que a un conocido mío le van a amputar por segunda vez, una pierna por complicaciones de una diabetes por las cuales acabará muriendo en poco tiempo. Y , sí, ¡ el enfermo está de una mala leche de narices! Malhumorado, arrastra su pena y amargura, y camina por el mundo (perdón, mierda, no quería utilizar esta expresión)...Y,pena por este mundo contagiando su infelicidad a la única persona en el Mundo que le quiere y cuida incondicionalmente: su sobrina, cuya cara cada vez está más gris y apagada. 

A ellos, obviamente, no les voy a llevar al coro de angelitos para que les cante la cancioncita,más que nada porque el enfermo nos echaría a patadas (mierda, por favor, ¡para ya!)...Nos echaría a...A voces, eso, a voces. Pero a nosotros que presupongo relativamente sanos, o por lo menos lo suficientemente vivos como para leer esto, sí. 

Primero, porque el Dios de la Guerra que celebró su día ayer, nos encomienda a luchar, segundo porque la cosa pinta demasiado mal para nuestra podrida civilización como para que encima se nos quiten las ganas de cantar, y tercero porque me da la gana, y el que conduce, pone la música. 

Así que, compartiré  mi mensaje divino con todos nosotros que, dado que Francisco es argentino, me tendría que haber llegado en forma de tango, anyway, ahí va: 



S.S
. . . . . . . 

P.D: las niñas cantarinas eran mucho menos repelentes que estos del vídeo...No es necesario verlo entero, a muchos se os abrirán las carnes al ver el crucifijo del niño y a  muchas, por los vestiditos horrendos de las infantas. Cuore diría, "Arg". 





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