No es que tenga miedo, pero se me convulsiona el alma.
Me tiemblan los dedos con los que me aferro,
a este débil hilo de cordura,
que aún me une al Mundo.
Me quema su voz. Soy ceniza.
Me hiere su aire. No respiro si está en mi camino.
Querido destino, no tengo voz ni forma.
Querida vida, no tengo ganas,
ni más lados de la cara que poner.
Así que dime, si más me vas a joder,
para apearme.
Yo, creo que hoy me bajo de este tren.
Adieu.
"S.S"
jueves, 29 de noviembre de 2012
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