¿Sabéis qué? Sí, estoy ebria. Un poco. Pero es que el
vino blanco a mí nunca me ha sentado bien.
Cerebro, te amo. Pero en estos momentos me eres totalmente
innecesario. ¿Por qué? Porque quiero saltar descalza el chorro de esa fuente
tan elegante y tú me lo impedirías con mil pretextos lógicos y razonables.
Sin más, te quiero, y eres vital para mi existencia, pero a
veces me ahogas con tu gran inteligencia y me complicas, bastante, la vida. Y por eso, aunque repito que te
quiero, tengo que prescindir de tus servicios por esta noche. El sabor de las
ostras, y del marisco sabes que me vuelven muy snob y repelente. Y es entonces
cuando deseo apagarte, dejarte "off ".
S.S Shhhhhhhhh!!!
Quizás lo haya imaginado todo, con sus protagonistas,los que yo quiera.
ResponderEliminarV