miércoles, 12 de septiembre de 2012

¡ Izad la bandera, el tiempo no espera!


La voluntad se quiebra
se avejenta
me duele férrea
me alivia laxa
vuela etérea

 Los días largos e intensos
 las cenas con penas ajenas
correr sudando inciensos 
el olor del sol en su piel morena
 el calor del verano que muere
 y esos ojos, mi vela 
de dulce color canela.

Que todo lo alivian
Su savia, de sangre joven
mis venas recorre tibia.

Cola sin ron
te vendo mi alma barata
de natural elata.
 
Ni cubatas, ni fragatas
sólo te quiero a ti
que no todos los piratas
somos canallas de palo en pata



S.S

. . . . . 


4 comentarios:

  1. quiero más escritos...

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  2. jajaja Está bien, encajo la crítica y me gusta, por cierto, cómo la has expuesto.

    Hay veces que salen hijos guapos y otras, hijos menos agraciados, qué se le va a hacer. Éste es mi hijo el correcto, pero simplón, fruto de una noche loca, que no buscaba engendrar al niño perfecto.

    Y creo que la palabra perfecta es justo ésa, "loca": Depende del estado mental en el que te encuentras cuando estás escribiendo, el que el escrito sea de una forma u otra, por lo menos en mi caso.


    Jajaja un besazo!

    P.D Si el hijo no te gusta, tendrías que conocer al padre...


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