Creo recordar que una vez me
dijiste que no existe el tiempo,
ni el espacio.
Ni la ternura, ni mi anhelo por
tenerte entero.
No existe nada más que un
pequeño universo vacío,
compuesto de la Nada…
de agujeros que esperan ser
tapados.
De no-existencias que esperan
ser enterradas y olvidadas,
abandonadas.
El yo que te cuenta una anécdota
el yo que ríe para confortar tu
dolor,
el yo que sopla para darte vida.
Ese yo puede no existir.
Pero el tú que navega entre el
vacío,
el tú que es la tierra que hace
nacer la existencia,
el tú que tiene la llave para el
recuerdo.
Ese tú, siempre vivirá.
C.C
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